SINOPSIS
En la oscuridad, junto a los sonidos del campo en una tarde de verano, se oye el llanto de un recién nacido. Después de los ajetreos del parto, la joven madre y su hijo duermen. De improviso, una gota de sangre brota en los pañales del bebé: nadie se entera. Los habitantes del lugar continúan sus labores o sus juegos. Y la naturaleza sigue indiferente su curso ciego.
Encerrado en un desván en penumbra, un niño solitario vela. Para entretener el tiempo, en la muñeca de su mano izquierda dibuja la esfera de un reloj. Cuando termina de inscribir los números y las agujas, se lo lleva al oído, como si percibiera el latido del mundo que le rodea.
Cronos, con su ojo alerta, pretende contabilizar la vida, pero la vida se escapa. La sangre del bebé sigue abriéndose como una rosa interminable. El niño del desván borra de su piel el reloj de fantasía. En el aire una nana canta: “¡Ahora, no, mi niño, ahora no!”
El eco de la Historia -la foto de unos soldados del Tercer Reich sonriendo vencedores-, presente en las páginas de un periódico abandonado, se va desvaneciendo. Antes de que la oscuridad se haga de nuevo, percibimos una fecha: viernes, 28 de junio, 1940.
VÍCTOR ERICE
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